sábado, 12 de septiembre de 2009

Biocombustibles, plantea Calderón convertir el país en exportador

Presenta programa por el cual se producirían 7 mil 840 barriles de etanol al día
El sector cañero enfrenta la disyuntiva de "renovarse o morir", argumenta Calderon
CLAUDIA HERRERA BELTRAN/La Jornada
Tlaltizapan, Mor., 24 de abril de 2009. Con el argumento de que el sector cañero enfrenta la disyuntiva de "renovarse o morir", el presidente Felipe Calderón Hinojosa presentó un programa que propone convertir a México en exportador de biocombustibles a América del Norte, con la producción de 7 mil 840 barriles diarios de etanol.
Para enfrentar la liberalización de diversos productos agrícolas con la entrada en vigor del capítulo respectivo del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 2008, entre ellos el azúcar, el jefe del Ejecutivo federal anunció una serie de medidas para que México no sólo pueda superar los retos de la competencia, sino que le sea posible "penetrar" el mercado estadounidense.
En este municipio que fuera sede del cuartel de Emiliano Zapata y "cuna del agrarismo" en México, el Presidente dio a conocer el Programa Nacional de la Agroindustria de la Caña de Azúcar, el cual se venía preparando desde hace tres años en el gobierno de Vicente Fox y en el cual se invertirán este año mil millones de pesos.
Un plan de cuatro ejes
Acompañado de industriales, productores e integrantes de su gabinete, anunció los cuatro ejes del plan, que en esencia plantean una serie de metas pero en la mayoría de los casos no aclara la forma de alcanzarlas.
Dentro del proyecto destaca la apuesta por la producción de biocombustibles. El documento presentado en este municipio plantea la meta de que en 2012 se produzcan 60.7 millones de toneladas de caña de azúcar, incluyendo 6.5 millones para la elaboración de etanol. Esto significa aumentar la zafra en 13 millones de toneladas con respecto de los 47.3 millones del año pasado.
Calderón dijo que además el gobierno y la sociedad realizan investigaciones para reconvertir la industria del sector automotriz con el propósito de introducir paulatinamente etanol y otros biocombustibles en vehículos mexicanos.
Por lo pronto, el programa señala que los productores e industriales acordaron discutir un sistema de pago diferenciado para el azúcar y el etanol…

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Nuevo Juan del Grijalva, su gente

Ángeles Mariscal
Ostuacán, Chis. Don Benito Pérez Cruz tiene 60 hectáreas de dedicadas a la agricultura y ganadería en la zona ejidal de Juan del Grijalva, pero ahora trabaja en uno de los ocho invernaderos productores de jitomate que se encuentran en la ciudad rural a donde él y otras 409 familias serán trasladadas.
Dice que tiene que ganar lo suficiente para pagar un peón que cuide sus terrenos, ubicados a tres horas de distancia de su nuevo hábitat. Él, al igual que cada uno de los futuros habitantes de la Ciudad Rural Nuevo Juan del Grijalva, ven como el principal obstáculo ante su nueva vida, el costo económico que implica vivir en una ciudad “donde hasta la tortilla hay que comprar”.
Según el censo realizado a los habitantes de once poblados que fueron desplazados por las inundaciones de noviembre de 2007, y que serán los futuros habitantes de la Ciudad Rural Nuevo Juan del Grijalva, cada familia posee entre 20 y 80 hectáreas de terreno dedicado a la ganadería, la siembra de maíz, frijol, cacao, además de sus cultivos de autoconsumo.
Los poblados Sayula, Nuevo Sayula, Playa Larga Primera y Tercera Sección, Loma Bonita, La Laja, Muspac, Salomón González Blanco, Peña El Mico, Antonio León y lo que quedó de Juan del Grijalva, permanecen semivacios. Sólo unos cuantos de sus habitantes se resistieron a salir de estos lugares considerados zonas de riesgo por deslaves, derrumbes e inundaciones
El resto, 410 familias, salieron desde noviembre de 2007 cuando el derrumbe de un cerro que obstruyó en río Grijalva y arrastró un poblado. Se instalaron en albergues provisionales, en donde aún permanecen, hasta que se termine de construir la ciudad rural a donde serán trasladados. No existe aún una fecha determinada.
Don Benito sigue con el nombramiento de Comisariado de Juan del Grijalva, aunque el poblado ya no existe. Relata que muchos de los habitantes de los poblados desalojados “no quisieron dejar su ranchito y volvieron a regresar a sus casas, aunque ya fueron beneficiados con sus casas en la ciudad rural”.
“Allá en nuestro rancho teníamos lo que queríamos para comer, acá (en la ciudad rural) todo es comprado. Acá se compra hasta la tortilla, cuando allá todo lo sembrábamos, y no invertíamos”.
Dice que la ventaja de vivir en la ciudad serán las escuelas y la facilidad de sus hijos para asistir a ellas; además del acceso al centro de salud que también estará en la ciudad. El resto lo ve como obstáculos. “Las casas son chiquititas apenas dos cuartos y un patio, no estamos acostumbrados a eso. Y lo poco que gano acá trabajando en el invernadero lo invierto en pagar quien atienda mi ranchito”
Al final concluye: depende como nos acomodemos nos quedamos o nos regresamos.
El proyecto de la Ciudad Rural Nuevo Juan del Grijalva indica que la misma debe eser sustentable en términos económicos. Plantea que todos sus habitantes deben laborar ya sea en las microempresas como la planta procesadora de leche, cacao, la granja avícola o los invernaderos.
En estos lugares los pobladores entran como socios de alguna de las sociedades de producción rural que se han constituido, y que de momento y hasta los próximos seis meses, recibirán subsidios para operar.
Otra opción es inscribirse como socios en el “corredor comercial de 28 micronegocios que van desde una estética hasta una tortillería”, o de empleados en los cinco supermercaditos, el hostal, la terminal de transporte o las oficinas de correo y telégrafos que van a establecerse.
En los proyectos que ya están operando de forma parcial, se les pidió a los futuros pobladores que se organizarán en grupos de 10 o 20 personas. Ya ha habido diferencias por el manejo de los recursos y de momento no todos han sido incluidos.
Aída Aracely López Ruiz, una de las mujeres que junto con sus familias decidieron ocupar sus viviendas sin esperar la inauguración oficial y el término de los trabajos de construcción de la ciudad, explica que en su caso, fracaso el proyecto de costureras en el que estaba incluida.
“La que era presidenta se quedó con el dinero y a todas nos quitaron las máquinas de coser. Ahora no tenemos como juntar para los gastos porque acá todo es comprado se tiene que pagar además la luz y el agua. Allá en nuestra tierra sembrábamos nuestra comida”, señala mientras barre un espacio de unos 15 metros cuadrados que hace las veces de sala, cocina y comedor.
Las viviendas de que le fueron dotados a cada una de las familias que poblarán el lugar tienen 60 metros cuadrados de construcción y un patio de 200 metros. Cada solar esta separado por una malla de alambre.
Para evitar que los obstáculos que encuentren los pobladores de la nueva ciudad rural los obligue a retornar a sus lugares de origen, el gobierno estatal los persuadió para que firmaran un contrato donde aceptan perder el derecho de propiedad de sus antiguas viviendas, a cambio de la escritura de su nuevo solar.
En el caso de ejidos y comunidades la ley agraria restringe la movilidad de los asentamientos humanos, pero le da facultades a la asamblea para reubicar su poblado, este acuerdo ya realizó, y además establecieron que las tierras de sus poblados pasen a uso común o al proceso de reconversión productiva.
En este último aspecto, el proyecto del gobierno estatal es que la totalidad de las tierras de los habitantes de la ciudad rural sean adscritas al proceso de reconversión productiva.
En este aspecto se les presentó a los campesinos estudios de mercado y planes de negocios, por lo que algunos ya firmaron cartas de intensión de para la siembra de frutales y maderables “de alto valor comercial”; además de palma de aceite para la producción de biodisel.
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Nuevo Juan del Grijalva, la estrategia

Ángeles Mariscal
Ostuacán Chis., 28 de agosto. La Ciudad Rural Juan del Grijalva, más otros dos proyectos semejantes que a mediano plazo se iniciarán en los municipios de Ixhuatán y Ángel Albino Corzo, fue planteado por el gobernador Juan Sabines Guerrero como una estrategia de política pública de los gobiernos estatal y federal para promover el desarrollo regional y el combate al binomio dispersión-marginación que aqueja a los habitantes de más 19 mil localidades de la entidad.
Sin embargo los especialistas Mariela Zunino y Miguel Pickard, integrantes del Centro de Investigaciones Económicas y Políticas de Acción Comunitaria (Ciepac), difieren de esta lectura, y señalan que el establecimiento de las ciudades rurales obedece más a una estrategia económica para "ordenar" el uso de los recursos del campo, concentrar a su población en pequeñas aldeas, enajenar sus tierras y ponerlas a disposición de las grandes empresas.
En esto también coincide Japhy Wilson, doctor de la Universidad de Manchester, Inglaterra, quien en un que hace sobre el proyecto de las ciudades rurales en Chiapas, señala que este proceso forma parte del ahora llamado Proyecto Mesoamerica –antes Plan Puebla Panamá- y su fin es eminentemente económico, “para lograr una eficiente organización territorial basado en la propiedad privada, mano de obra barata, plantaciones agroindustriales, la extracción de recursos naturales, y la promoción del gran turismo”.
El gobierno del estado sostiene que el programa de las llamadas ciudades rurales sustentables, retoma el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, cuyo propósito es “crear una atmósfera en que todos puedan aumentar sus capacidades y las oportunidades puedan ampliarse para las generaciones presentes y futuras”.
En su plan rector de las Ciudades Rurales, explica que en Chiapas hay 19 mil 386 pequeñas localidades dispersas que abarca al 70 por ciento del total de la población chiapaneca, “cuya pobreza histórica y estructural ha sido una constante en las últimas décadas, lo que los coloca actualmente en los rangos de alta y muy alta marginación.
Añade que las condiciones orográficas y la alta dispersión poblacional son un obstáculo para dotar de servicios básicos, cobertura y atención en salud, educación, infraestructura, medio ambiente sano y empleo a este sector
Por ello plantea a las ciudades rurales como una punta de cuña para incidir en el desarrollo regional y ordenamiento territorial “para enfrentar los problemas de marginación, pobreza, dispersión poblacional y atender a la población afectada por los fenómenos climáticos, desarrollando núcleos poblacionales con servicios de calidad, equipamiento, oportunidades económicas y de desarrollo social y humano.
Para avalar esta estrategia, el 28 de julio pasado el gobierno estatal llevó a las instalaciones de la ciudad rural Nuevo Juan del Grijalva al coordinador de la ONU en México, Magdy Martínez Soliman.
En el evento el diplomático sostuvo que “los lineamientos de los Objetivos del Milenio de la ONU se están concretando en la ciudad rural Nuevo Juan del Grijalva. Aquí se conjuntan los tres elementos que conforman una vida en sociedad, la industria y la producción, lo que da de vivir a la gente, los servicios públicos que son los que los protegen, la salud, la educación, junto a los lugares de convivencia, también la vivienda”.
Por su parte, Zunino y Pickard, quienes a través del Ciepac han desarrollado en Chiapas proyectos de análisis, investigación, capacitación, y el acompañamiento de procesos sociales, refieren que las ciudades rurales obedecen ante todo a las reglas del mercado internacional.
“A fines de junio de 2008, cuando los mandatarios de México, Centroamérica y Colombia rebautizaron el Plan Puebla Panamá (PPP) con el nombre de Proyecto Mesoamérica, acordaron seguir con la integración de todo el territorio desde el sur de México hasta Colombia para que sirva al gran capital.
“Los proyectos que acordaron impulsar se destaca que uno de los objetivos es generar un manejo sustentable de los recursos, de allí la necesidad de impulsar programas de ordenamiento territorial debido a la alta dispersión poblacional que afecta a las regiones sur-sureste”.
Los especialistas explicaron que acorde con esta estrategia en noviembre de 2008 el Banco Mundial publicó el informe sobre Desarrollo Mundial 2009, llamado “Una nueva geografía económica", plantean que la integración económica significa entre otras cosas, tener una mejor conexión o acercamiento entre las zonas rurales y las urbanas.
“Como lo señala el Banco Mundial, su desafío es conseguir una densidad poblacional adecuada para encauzar las fuerzas de mercado y promover la convergencia en los niveles de vida entre aldeas y ciudades y grandes urbes. En este contexto se inserta el programa de Ciudades Rurales que el gobierno de Juan Sabines pretende realizar en Chiapas y con los mismos elementos regidores: ordenamiento de los espacios rurales, concentración para combatir la dispersión e inserción de la producción del campo según las reglas del mercado.
“Queda así en evidencia la lógica mayormente económica del proyecto de Ciudades Rurales y no la social como suelen señalar sus defensores.
Japhy Wilson, en un estudio que dio a conocer en la revista América Latina en Movimiento, bajo el título de La Nueva Fase del Plan Puebla Panamá en Chiapas, indica que la estrategia de las ciudades rurales parece ser la de hacer eficiente la organización territorial que sea atractiva para los inversionistas extranjeros.
El especialista de la Universidad de Manchester refiere que la importancia de Chiapas es su ubicación estratégica, “ya que es el centro geográfico de la región Puebla-Panamá”.
Para Wilson, con las ciudades rurales lo que se busca es “una eficiente organización territorial basado en la propiedad privada, mano de obra barata, plantaciones agroindustriales, la extracción de recursos naturales, y la promoción del gran turismo”.
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viernes, 11 de septiembre de 2009

Nuevo Juan del Grijalva, sus componentes

Ángeles Mariscal
Ostuacán Chis., 28 de agosto. Pasando el complejo de la presa hidroeléctrica Peñitas, luego de una hora de camino por una estrecha carretera bordeada verdes pastizales dedicados a la ganadería, se abre de forma sorpresiva una extensión de unas 50 hectáreas de terreno donde aparecen, todas iguales, 410 pequeñas viviendas echas de block del color de barro, como el de los patios en donde se alzan.
En los extremos, en las partes altas, se encuentran ocho invernaderos donde desde hace unos meses se produce jitomate, en otro extremo una planta tratadora de leche, una procesadora de cacao y una granja apícola.
En el centro de poblado las únicas construcciones que resaltan son lo que será un Centro de Educación Básica para los futuros alumnos de jardín de niños, primaria y secundaria; y lo que llaman un Centro de Salud con Servicios Ampliados.
Todo forma parte de lo que ya es llamado Ciudad Rural Nuevo Juan del Grijalva, y que se ubica a unos cinco kilómetros de la rivera del río Grijalva. De acuerdo con el proyecto del Instituto de Población y Ciudades Rurales de Chiapas, la obra está diseñada para albergar los habitantes de cinco ejidos, tres comunidades y tres rancherías que reúnen tres características: están en zonas de riesgo por derrumbes, deslaves e inundaciones, los complejos habitacionales están dispersos y por tanto carecen de servicios básicos, y sus habitantes tienen un alto nivel de marginación.
El proyecto para la construcción de ciudades rurales en Chiapas estaba contemplado en el Plan Estatal de Desarrollo 2006-2012, sin embargo el derrumbe de un cerro ocurrido el 4 de noviembre de 2007, que bloqueo el cause del río Grijalva, destruyó el poblado Juan de Grijalva y provocó la inundación de miles de hectáreas de terreno afectando a 33 poblados –cuyos habitantes fueron evacuados y la mayoría de ellos llevan casi dos años viviendo en albergues provisionales-, aceleró las obras de construcción de lo que será la primera ciudad rural que se construye en el país.
Apenas tres días después del derrumbe del cerro, cuando la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ya habían dictaminado la magnitud del fenómeno y los costos económicos y sociales para reencausar el río y evitar que colapsara el sistema hidrológico del Grijalva que nutre a cuatro presas hidroeléctricas, el gobernador Juan Sabines Guerrero presentó al presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, la propuesta para construir una ciudad rural que permitiera el traslado de las comunidades que habían sido afectadas.
La propuesta según fue planteada, tenía además el componente de que estaba dentro de las Metas del Milenio marcadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para combatir la pobreza y marginación Se proyecta que sea sustentable en términos económicos.
El proyecto fue aceptado y se acordó en ese momento iniciar la gestión de recursos públicos y privados –en ese momento calculado en mil millones de pesos- para tal fin.
A lo largo de los últimos 21 meses que han pasado desde entonces, según las cifras proporcionadas por el Instituto de Población y Ciudades Rurales de Chiapas, se han conseguido e invertido en la obras de construcción de la ciudad rural Nuevo Juan del Grijalva, 487 millones 714 mil 419 pesos con 29 centavos.
El 60 por ciento son recursos federales obtenidos a través del Ramo 23, que son aportaciones y subsidios; un 25 por ciento han sido recursos estatales, y el 15 por ciento restante son donaciones de la iniciativa privada.
Quienes han aportado recursos son la Fundación Azteca, Fundación Televisa, Fundación TELMEX, Grupo Carso, Fondo Social Banamex, BBV Bancomer, Banorte, Maseca, Fundación Río Arronte, Techos Mexalite, Cementos Cruz Azu, Farmacias del Ahorro, Ecoblock Internacional organismos como Natura y Ecosistemas Mexicanos, instancia que tiene diversos proyectos en la Selva Lacandona.
Para la realización del proyecto se tiene como organismos asesores al Banco Interamericano de Desarrollo, la Organización de las Naciones Unidas, a través del PNUD, y embajadas, indica el informe proporcionado por el gobierno estatal
Todos ellos, además de universidades y académicos, formaron el llamado consejo consultivo ciudadano, cuyo presidente es Esteban Moctezuma Barragán, presidente a su vez de la Fundación Azteca.
La donación de cada uno de estos organismos fue para objetivos concretos, por el ejemplo el Centro de Educación Básica fue un cofinanciamiento de BBV Bancomer, Fundación TELMEX y gobierno estatal, y fue construido con tecnología canadiense antisismos, antiterremotos y con vidrios irrompibles, tiene instalado un sistema computacional. Según el proyecto, será la primera escuela en Chiapas de tiempo completo donde los niños van a comer y desayunar ahí.
En el Centro de Salud con Servicios Ampliados invirtieron Banorte, Fundación Televisa y Grupo Carso de la Salud y Río Arronte; tiene capacidad para atender a 5 mil personas y contará con un área de telemedicina, electrocardiograma a distancia y monitoreo de fetos.
A finales de julio pasado, en el marco de la visita del coordinador de la ONU en México, Magdy Martínez Soliman a las instalaciones de la ciudad rural Nuevo Juan del Grijalva, el gobierno estatal informó que esta presentaba un 98 por ciento de avance en su construcción, y esta porque iba lista para ser habitada por las más de mil 800 personas de 11 comunidades.
A la fecha la inauguración y el traslado de las personas se ha pospuesto. Aún continúan las obras de construcción, sin embargo unas 50 familias cansadas de vivir en albergues desde hace casi dos años, de manera independiente y aún contra la indicación de las autoridades, se trasladaron a vivir a la nueva ciudad rural.
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Chiapas, estratégico para el Proyecto Mesoamericano

Ángeles Mariscal
Tuxtla Gutiérrez, Chis., 11 de septiembre. De forma disfrazada y subrepticia, durante los últimos años los gobiernos federal y estatal de Chiapas consolidaron en esta entidad las acciones del Plan Puebla Panamá (PPP), ahora Proyecto Mesoamericano, que forman parte del engranaje de la política neoliberal, señala Japhy Wilson, doctor de la Universidad de Manchester, Inglaterra.
En un estudió que elaboró el especialista, y que dio a conocer en la revista América Latina en Movimiento, bajo el título de La Nueva Fase del Plan Puebla Panamá en Chiapas, indica que el PPP ahora existe en la forma del llamado Programa del Sur, y la Estrategia para el Desarrollo de los Estados del Sur, del Banco Mundial, que comparten los mismos proyectos y el mismo diagnóstico.
Explica que por ejemplo las llamadas ciudades rurales, que el gobierno estatal logró posicionar como una solución aparentemente coyuntural y novedosa, al problema de los poblados que resultaron afectados por las inundaciones resultado del derrumbe de un cerro y la obstrucción del río Grijalva, estaban planeadas desde el año 2001, “con fines económicos, para lograr una eficiente organización territorial que sea atractiva para los inversionistas extranjeros.
Japhy Wilson refiere que la importancia de Chiapas en el PPP, es su ubicación estratégica, “ya que es el centro geográfico de la región Puebla-Panamá, ubicado en el Corredor”.
“Con estos megaproyectos, se espera atraer inversión privada nacional y extranjera, impulsando un cambio en el modo de producción del campo Mesoamericano, desde un economía campesina todavía basada en gran parte en la propiedad social y la autosuficiencia, hacia un sistema neoliberal basado en la propiedad privada, mano de obra barata, plantaciones agroindustriales, la extracción de recursos
naturales, y la promoción del gran turismo”.
El rechazo popular a esta política, “combinada con la recesión global de 2001 y la incompetencia y corrupción de la clase política local” conllevó a que durante los últimos años el PPP desapareciera de la escena pública y de los discursos oficiales.
Pero bajo el radar –sostiene el especialista- el PPP ha seguido.
Cuando llegó al poder en 2006, el nuevo Presidente de México, Felipe Calderón, declaró que iba a relanzar el PPP, después de un periodo de "reconstrucción".
“Los megaproyectos planeados para el sureste de México, que previamente
estaban incluidos en el PPP, ahora están empezando a aparecer en el contenido de otras iniciativas y programas, operando en otras escalas. Uno de esos es el Programa del Sur, una propuesta para el desarrollo de Chiapas, Oaxaca y Guerrero hecho en 2007 por la Comisión del Sur-Sureste de la Cámara de Diputados”.
Japhy Wilson también identifica la llamada Estrategia para el Desarrollo de los Estados del Sur (EDES) del Banco Mundial, publicada en 2003, para la cual Chiapas tiene un presupuesto en este 2008, de 1,768 millones de pesos.
“Este proceso se ve con bastante claridad en el caso de Chiapas”, con los trabajos que en los últimos años se han hecho para concluir las autopistas Tuxtla-San Cristóbal, Ocozocoautla-Las Choapas (Veracruz), la modernización de la Autopista Arriaga-Tapachula y el Puerto Chiapas (antes Puerto Madero) la construcción del Aeropuerto Internacional Ángel Albino Corzo, la integración eléctrica de México con Guatemala, y la construcción de una línea de fibra-óptica entre Tuxtla y Ciudad Hidalgo.
También forman parte de esta estrategia la expansión de monocultivos de palma africana y eucalipto, un incremento en apoyos para proyectos "eco turísticos", y el lanzamiento y fracaso de una maquiladora en San Cristóbal de la Casas.
En 2006, con Juan Sabines Guerrero el PPP, lejos de ser abandonado en Chiapas, ha entrado en una nueva y más intensiva fase de su concretización, con más megaproyectos infraestructurales, el desarrollo de corredores económicos de turismo, logísticas, y agroindustria, y el lanzamiento de las ciudades rurales y la pavimentación de una serie de caminos rurales en la región de la Reserva de la Biosfera Montes Azules.
En la primera etapa de la estrategia, de acuerdo al investigador, se están desarrollando cinco corredores económicos: tres de agroindustria, uno de turismo, y uno de logística.
Para Japhy Wilson, el PPP sigue en marcha. Sin embargo prevé que en Chiapas, como en todo Mesoamerica, las cosas no son tan sencillas para el capital y sus tecnócratas pos-políticos. “Las ciudades rurales y las plantaciones intensivas van a enfrentar la resistencia de los pueblos que se pretende despojar”.
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